BlogMi hijo muerde y golpea. ¿Que hacer?

Mi hijo muerde y golpea. ¿Que hacer?

Hablamos el otro día con una madre que nos escribe pidiendo ayuda, porque no puede controlarse y termina palmeando el trasero de su hijo cuando muerde o pellizca a otros.

Lector: Estaba leyendo tu publicación sobre no golpear al niño. Intento controlarme mucho, pero a veces me golpeo el trasero. Muerde mucho y pellizca mucho a su primo que tiene 3 años. Mi hijo tiene 2 años. E incluso me muerde a mí y a su padre también. ¡Ayúdame! ¿Qué debo hacer en estas situaciones?

Respuesta: ¡Hola! Te puedo ayudar un poco relatando mi experiencia en casa con mi hija. En primer lugar, quiero asegurarle que su hijo se encuentra en una etapa de desarrollo en la que golpear y morder es normal, incluso para nosotros los padres. Esto pasa contigo, con nosotros aquí en casa y con todos los padres con hijos a esta edad. Por supuesto, cada niño en mayor o menor medida. Algunos serán más agresivos y otros no. ¿Cuándo serán más agresivos? Cuando notan que, en casa, la agresividad es normal. cuando menos? Cuando noten que tu conducta, como padre y/o madre, es amorosa.

Para no perder el control, debes aceptar que tu hijo atraviesa una etapa que lo llevará a madurar como sujeto. Tu papel como madre en este proceso no es hacer que todo sea más intenso gritando o golpeando, sino ayudándolo a entender firmemente que golpear y morder no es algo bueno.

Un primer ejercicio es observar cuando golpea o muerde. Por ejemplo, Laura pega a los niños cuando quiere algo que es suyo y el otro niño se lo ha quitado. O incluso, cuando quiere algo que está en manos de otro niño. En ese caso, soy firme. Me pongo a su altura y le digo: “Este juguete es del tipo y no se lo quiere prestar. También tienes tus juguetes y no siempre quieres tomarlos prestados». Laura siempre detiene el comportamiento agresivo.

También hay momentos en los que empiezas a golpear y morder cuando tienes sueño o hambre, pero no puedes saber si estás cansado o hambriento. Como ya sé las horas que duerme y come, no dudo en sacarla de escena, aunque llore. Y llorar es parte de tu proceso. Ella no tiene que aceptar sonriendo que no puede seguir jugando. En ese caso, trato de calmarla en mi regazo.

Otro punto muy importante, en vez de enfadarte porque has mordido a tu primo, es ponerte a su altura y decirle la consecuencia del mordisco: “hijo, no está bien morder. No puede. Al morder, tu prima está triste. Es tu amigo y no le pegas a un amigo. Con los amigos vivimos momentos bonitos: nos abrazamos, reímos, jugamos, corremos… si lo muerdes, se pone triste y puede que no quiera jugar contigo, porque no quiere estar del lado de los que hacen el triste ¿Quieres que deje de jugar contigo? No, ¿no es así? Así que no lo muerdas. Ya ves, la educación emocional del niño es súper importante.

Y piensa que, siendo niño, ese mismo discurso lo repetirás 300 veces, siempre desde la calma. Como es una fase de su desarrollo, no se dice una sola vez que resolverá. Pasará muchas veces hasta que logre superar esta fase.

Para concluir, también tengo una sobrina y le he pedido que cada vez que Laura le pegue mire a mi hija a los ojos y le diga: “Laura, no me puedes pegar. Soy tu prima. Somos amigos.» Y lo repite cada vez que pasa. Esto ayudó mucho, ya que redujeron mucho las situaciones en las que le pegaba a su prima. En casa, podemos decirles a los miembros de la familia cómo pueden actuar con nuestros hijos. Todos pueden ser agentes en este proceso de ayudarte a manejar correctamente las emociones y los sentimientos.

Y si me pega, lo agarro del bracito y le digo con firmeza: “Tú no le pegas a mamá. Hace daño y me siento triste”.

Lo siento por ser tan largo. Espero que sea de ayuda. Siempre busque entender las etapas del desarrollo infantil. Esto hace que sea mucho más fácil tener autocontrol porque entiendes que solo está viviendo una etapa normal. Depende de nosotros, amablemente, ayudarla a través de este período difícil. Y ten esto claro: ¡pasa!

Disciplina Positiva

A través de la Disciplina Positiva aprendemos a enfocarnos en mejorar las habilidades de nuestros niños para que puedan resolver problemas por sí mismos. Reconocemos también que el castigo físico y psicológico no son recursos que favorezcan la creación de niños autónomos, responsables e independientes. Sepa mas:

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