Fuimos a visitar la exposición. Itinerarios XXIV en el Centro Botín, en Santander (España). Itinerarios XXIV es una muestra anual de arte que reúne el trabajo de ocho artistas seleccionados en la XXIV Convocatoria de Becas de Artes Plásticas de la Fundación Botín, cuyas obras sirven como instantánea de las últimas tendencias artísticas. Presentaron proyectos en diferentes soportes (video, instalación, fotografía, pintura…), Irma Álvarez Laviada, elena bajo, Josué Bilbao, Felipe Dulzaides, Rafa Munarriz , alex reynolds, leonor serrano rivas y Pep Vidal.
Estaba mostrando a Laura unas obras cuando nos acercamos a una instalación del artista Josu Bilbao. Empecé a explicar los elementos que lo componían, pero algo me detuvo. Junto a nosotros hay una familia, padres y dos hijos. Al padre se le cae la perla: “Aquí no hay nada, el cuarto está en obras”. Y el niño: «Así es». Y se han ido.
Incluso antes de salir de la instalación, alguien más repite la misma «broma» que el padre. En ese momento, me dio una tremenda necesidad de reír. Pero en cuestión de segundos, comencé a pensar en nuestro papel como padres a la hora de fomentar el gusto de los niños por las artes. También reflexioné sobre el papel del museo en este proceso.
Los padres matan el gusto del niño por las artes
Todo bien. Es “cool” llevar niños al museo. Demuestra cuánto estos padres buscan expandir las experiencias del niño en el mundo, dándoles la oportunidad de experimentarlo a través de las artes. Al mismo tiempo, al mostrar a sus hijos un desinterés total por el arte, el padre se convierte en el primer agente que acaba con el gusto del niño por las artes. Al hacer la “broma” de que “la obra de arte está en las obras”, el padre le da un juicio al niño. Con su discurso le transmite que el arte no tiene valor. Es como la típica jerga: «hasta eso hago».
Como padres debemos actuar de tal manera que el niño pueda ser inducido a reflexionar sobre lo que ve. Si no somos conscientes del trabajo o si no podemos entenderlo, podemos hablar con los niños sobre lo que ven. No son capaces de hacer reflexiones complejas sobre lo que ven en cada obra, pero pueden percibir los materiales, sus colores, los volúmenes… y, muchas veces, pueden asociar lo que ven con elementos de su realidad.
Relativizar el arte es mostrarle al niño que lo que está viendo no tiene valor. Significa mostrarles que el museo, para la familia, no es más que un pasatiempo turístico, cuando, en realidad, es un lugar donde se encuentran múltiples formas de conocimiento y múltiples formas de lenguajes artísticos.
Los museos siguen siendo elitistas
Si la ignorancia del padre tiene su valor determinante en el proceso de fomentar el gusto por las artes en los niños, mucha responsabilidad tiene el museo. Al lado de cada obra había una descripción con título, autor, año y material utilizado. Es sólo. La conclusión a la que llego es que los museos siguen siendo elitistas a pesar de los múltiples esfuerzos por acercar el arte a todos. Corresponde al museo proporcionar información a los legos para que comprendan, aunque sea de forma resumida, el proyecto artístico.
Ese padre que se esfuerza por darle a su hijo una experiencia del mundo a través de las artes es un laico. No es capaz de atribuir algo positivo a lo que ve. Carece de información. Necesita decirle algo al niño, pero no sabe qué. Dar al visitante más información sobre la obra es fundamental.
Sé que puede haber quien diga que hay audioguías o visitas guiadas. Recuerda, las audioguías son de pago y no todo el mundo quiere gastar más de lo que cuesta la entrada. Y las visitas guiadas no siempre son adecuadas para todos, ya que los horarios pueden no ser adecuados para todos. La información debe estar disponible para todos de forma gratuita. Sólo así los padres podremos ser agentes efectivos en el proceso de fomentar el gusto por las artes.
Comprender la obra de Josu Bilbao
Josué Bilbao Nació en Bermeo, Vizcaya (España). Estudió en su tierra natal sobre la lengua y el origen de la escritura. Por eso su obra, aunque no lo parezca, tiene mucho que ver con el lenguaje.
Josu utiliza la escultura como metáfora para hablar del lenguaje. O sea, sus esculturas se componen de piezas sueltas, como un lenguaje se compone de palabras sueltas. Pero en su obra lo más importante no es el objeto, sino el significado que tiene.
En el Centro Botín presentó esàk-esàque es un dicho popular en euskera que significa el no, el no. A través de esta obra, Josu nos cuenta sus reflexiones sobre una pregunta que se hace: “¿No significa lo mismo en todos los idiomas?”. Para él, el significado de la palabra no, en un espacio, es todo lo que el espacio no es. Si para todos es difícil de responder, estas preguntas pueden ayudar: ¿Qué es este espacio? ¿Y qué no?
Josu Bilbao quiere que todos reflexionemos y, por ello, crea estos lugares donde las palabras unen objetos para que nuestro cerebro pueda trabajar y articular asociaciones.
* Además de visitar la exposición Itinerarios XXIV, también fuimos a la JOAN MIRÓ: Esculturas 1928-1932una oportunidad única para presentar a nuestra hija a este gran artista español.
Educación Infantil
Aquí encontrarás un conjunto de textos interesantes sobre pedagogías alternativas y cómo aplicarlas en casa con nuestros hijos. Además, se cuenta con información relevante sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje de los niños de 0 a 6 años. Haga clic en el enlace de abajo para obtener más información: