Muchos padres, antes de dar el paso y matricular a su hijo en un colegio Montessori, se plantean cuáles son las ventajas para su hijo de seguir la pedagogía Montessori. Aquí encontrarás una lista que ofrece elementos concretos resultantes de la enseñanza Montessori destinados a los niños, no solo cuando están aprendiendo, sino también a lo largo de su vida adulta. La siguiente información está basada basado en hechos establecidos y estudios científicos.
El niño adquiere habilidades prácticas que lo ayudan en la vida cotidiana y a cualquier edad.
La educación Montessori se centra en la coordinación, la motricidad fina, el aprendizaje del lenguaje y la escritura. A una edad temprana, el niño adquiere habilidades prácticas que le sirven en la vida cotidiana. También participa en las tareas de la vida diaria: ordenar, limpiar, ayudar…
Otra de las ventajas del método Montessori es que se puede poner en práctica fácilmente en casa, permitiendo la continuidad entre la enseñanza en la escuela y el entorno familiar.
El niño se desarrolla en un clima de colaboración y ayuda mutua
En una escuela Montessori, las clases están formadas por grupos de niños de diferentes edades (3-6 años; 6-9 años; 9-12 años). Son los niños mayores quienes dan ejemplo a los más pequeños, sintiéndose así confiables y solidarios. Además, muchas actividades colectivas ayudan a fortalecer la solidaridad y la cohesión del grupo.
El niño rápidamente se vuelve independiente y autodisciplinado.
Libres para elegir las actividades que desean realizar –siempre bajo la atenta mirada del educador que intervendrá para reincorporarlos al trabajo e iniciarlos en nuevas actividades acordes con los delicados momentos por los que atraviesan– el los niños de la clase A Montessori muestran autonomía y muy pocas veces se encuentran con los problemas de disciplina que conocemos en la educación “clásica”. Al elegir sus actividades, los niños no se aburren y realizan tareas que les gustan y quieren hacer. Están naturalmente orientados a la autodisciplina y siguen adelante con sus acciones.
El niño aprende a asumir la responsabilidad.
Al adquirir el hábito de hacer las cosas por su cuenta, el niño aprende a comprender las causas y consecuencias de sus acciones y muestra un mayor sentido de responsabilidad.
El niño adquiere una mayor confianza en sí mismo
La confianza en uno mismo es uno de los objetivos fundamentales de la pedagogía Montessori que quiere que el niño sea considerado como un ser completo. Esto no significa que siempre tenga la razón, pero su opinión es respetada, como la de un adulto. Una apertura mental que se traduce en una mayor confianza en sí mismos por parte de los niños que siguen la pedagogía Montessori.
Mejor capacidad de concentración
La enseñanza Montessori respeta el ritmo de los niños así como el hecho de que el niño necesita que se despierte su interés para desarrollar su concentración. Eligiendo libremente sus actividades (siempre bajo la mirada benévola del educador), los niños trabajan de forma independiente mientras desarrollan su concentración a través de su trabajo.
Los niños desarrollan un sentido crítico muy útil en la edad adulta
En la pedagogía Montessori no existe un sistema de castigo y recompensa, buena o mala nota, gratificación o sanción. Los estudiantes Montessori simplemente aprenden a trabajar por sí mismos. Se guían por sus intereses y motivaciones personales y es por ellos que hacen las cosas que emprenden. Se convierten en adultos seguros de sí mismos, difíciles de manipular y cuyo sentido crítico está especialmente desarrollado.
Los niños aprenden las bases de la vida en sociedad.
Las reglas existentes dentro de la clase Montessori permiten el respeto mutuo y la capacidad de expresarse e intercambiar permitiendo una mejor integración social.
Las diferencias entre los alumnos Montessori y los alumnos de educación tradicional también se notan en sus habilidades sociales y comportamiento.
Los niños Montessori se adaptan más rápido
Al contrario de la educación tradicional, a los niños en las clases Montessori no se les “obliga” a hacer lo que no les interesa. Se estimula su inteligencia, sea la que sea.
Se estimula la creatividad de los niños.
En las clases Montessori toman un lugar importante las actividades artísticas, así como la libre expresión de cada uno.
Los estudios realizados por psicólogos estadounidenses encontraron que los estudiantes Montessori de cinco años estaban mejor preparados para la lectura y las matemáticas, y los niños de 12 años escribieron ensayos mucho más creativos utilizando estructuras de oraciones más sofisticadas que los estudiantes de educación clásica.
Los niños tienen un mayor sentido de la justicia.
Los niños muestran una fuerte sensibilidad a lo que es justo y equitativo. Tienden a interactuar de forma positiva y son menos proclives a practicar, por ejemplo, juegos violentos durante el recreo.