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Desarrolle el control inhibitorio con Montessori

Pedagogía Montessori en una escuela de Levallois-Perret
El control inhibitorio es parte de las funciones ejecutivas. Nos permiten llegar al final de nuestras tareas y organizarnos para lograrlo. En la pedagogía Montessori, el control inhibitorio es fundamental, porque permite que el niño no se distraiga durante su taller y controle sus gestos. En definitiva, es gracias a esta habilidad que podemos abstenernos de charlar o jugar con el material proporcionado. Ahora, echemos un vistazo más de cerca a cómo desarrollar el control inhibitorio con Montessori.

Desarrollar el control inhibitorio gracias a los talleres Montessori

El principio mismo de los talleres Montessori promueve el desarrollo del control inhibitorio, sobre todo porque a partir de los 3 años se invita a los niños a manipular platos y pequeños objetos que deben ser utilizados y movidos con cuidado. Después de que se le presente una actividad, el niño debe poder tomarla por sí mismo, acomodarse y guardarla correctamente cuando termine. El simple hecho de seguir esta rutina entrena al niño a controlar sus impulsos y concentrarse. A partir de la instalación, desarrolla su control inhibitorio porque debe disponer el material como se ha mostrado y no como le gustaría hacerlo. Si opta por trabajar en el suelo, deberá colocar su equipo sobre un tapete para evitar que otro niño lo pise y delimitar su espacio de trabajo. ¡Sin eso, rápidamente sería la anarquía! No se trata de la dispersión en Montessori, todas las actividades deben instalarse y luego almacenarse correctamente. El objetivo es aprender a organizarse.

Trabajar en el control inhibitorio manipulando objetos frágiles.

Si el niño desarrolla su control inhibitorio para calmarse y guardar el equipo, no se detiene ahí. La idea es que para entrar en el aprendizaje, el niño debe ser capaz de mantenerse concentrado el tiempo suficiente, memorizar todo el curso de una tarea y adaptar sus estrategias para tener éxito en su resolución. Por tanto, el primer punto sobre el que trabajar es el control inhibitorio. Es él quien permitirá que el niño ocupe toda su atención y concentración en la realización de una actividad. Por ejemplo, con los talleres de vida práctica, utilizamos deliberadamente platos “reales” y objetos cotidianos, a veces frágiles. ¡Incluso muy pequeño, el niño entiende que se puede romper! No usar plástico es un sesgo fundamental en Montessori. Le mostramos al niño que le ofrecemos nuestra confianza dejándolo manejar un cuenco de barro o una jarra de agua de vidrio. A cambio, deberá demostrar su valía y así aprenderá a ser concienzudo y preciso en sus acciones a partir de los 3 o 4 años. Aunque pueda parecer contradictorio, es al manipular objetos frágiles desde el principio que los niños aprenden a mantenerse concentrados y evitar distracciones.

Desarrollar un control inhibitorio a partir de los 3 años es fundamental

A los 3 años comenzaremos presentándole tareas básicas al niño y le pediremos que respete las reglas para mantener el orden en el espacio de trabajo. Así es como desarrollaremos el control inhibitorio y es fundamental. Un niño que ha aprendido esta habilidad sabe abstenerse de hablar con los que trabajan y además logra no distraerse. Esencial, ¿verdad?

3 COMENTARIOS

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