Para que el recién nacido pueda moverse libremente, su posición durante los primeros meses es fundamental. El bebé debe estar cómodamente acostado boca arriba. En este artículo, analizaremos más de cerca la alfombra de juego Montessori y todo lo que la posición en el suelo puede ofrecer al bebé en relación con el desarrollo de sus habilidades motoras:
Respeto por el ritmo del niño
Para que el niño pueda desarrollarse serenamente a nivel motor, es importante respetar su ritmo y sus diversas adquisiciones motoras. Al dejar ir de descubrimiento en descubrimiento, el bebé se moverá de la posición boca arriba a boca abajo, sin ayuda y sin la fuerza de un adulto. Por eso también se desaconseja encarecidamente obligar a un niño a ponerse, por ejemplo, en una posición sentada si él mismo aún no sabe cómo hacerlo: todo a su tiempo.
La importancia del bebé en el suelo
Cuando se coloca al bebé en el suelo, sobre un tapete de juego, puede desarrollar sus habilidades motoras de manera óptima. Una vez colocado así, el bebé puede mirar todo lo que le rodea, pedalear con las piernas, rodar de costado, colocarse boca abajo y, poco a poco, probar su mano a cuatro patas y luego la posición sentada, etc… Y todo ello, en completa autonomía y sin obstáculos y forzamientos externos. Evidentemente, es fundamental que se coloque al bebé en un entorno seguro y protegido.
La barra en la pared y el espejo
Puede colocar un espejo y una barra pegada a él junto a la alfombra del niño, para que el niño pueda observarse a sí mismo y comprender que la imagen que devuelve el espejo es la suya, luego observar sus movimientos. Poco a poco el niño podrá agarrarse a la barra y mantenerse erguido gracias a ella, luego podrá desplazarse hacia un lado sujetándose de ella, para ir adquiriendo la marcha a su propio ritmo.
Los criterios para elegir la alfombra de juego Montessori
Seguridad primero
Es fundamental que la alfombra que le vas a presentar al niño no suponga ningún riesgo para él. los Etiqueta CE (conforme a las normas de seguridad europeas) es, por tanto, la base principal de su compra. Sería ideal comprar una alfombra de juego que también tenga la etiqueta NF (normas francesas). La presencia de estas etiquetas demuestra que la alfombra de despertar puede ser utilizada por un bebé con total seguridad y que la alfombra no contiene ningún elemento mal construido y desmontable que el niño pueda llevarse a la boca con riesgo de asfixia o asfixia. herir.
Las dimensiones de la alfombra
Las dimensiones de la colchoneta dependen por supuesto de la superficie disponible en el suelo pero, por debajo de 120 cm x 120 cm, el espacio del que se beneficiará el bebé no será suficiente para que pueda moverse como desee. Lo ideal sería tener una alfombra de dimensiones 130 cm x 130 cm.
La comodidad y el grosor de la alfombra.
El grosor ideal de una alfombra comienza en 2 cm de espesor mínimo. Si la alfombra mide menos de 2 cm, entonces es muy posible colocar algunas baldosas de espuma debajo de la alfombra y en los lados para absorber los golpes. También es importante que la colchoneta sea antideslizante para que el bebé no se resbale y se lastime.
Los colores de la alfombra
Dado que la visión del bebé no está lo suficientemente desarrollada cuando nace y no puede distinguir colores y matices de la misma manera que nosotros los adultos, es importante elegir una alfombra con colores, tonos suaves y pasteles. Es importante que el entorno en el que se desenvuelve el infante no esté sobrecargado de colores, formas, ruidos que lo estimularían de forma demasiado agresiva.
El pequeño extra
A partir de los 2 años y medio, y para que el niño pueda trabajar en su coordinación motora, puedes enseñarle (como en la escuela Montessori) a ir a buscar su alfombra solo, a desenrollarla y luego enrollarla, de forma estructurada. manera., con una presentación precisa y fluida, que descomponga los gestos para que el niño pueda integrarlos y entrenar a hacerlo de forma autónoma