Durante los primeros años de la vida escolar del niño y en las escuelas llamadas “clásicas”, le haremos entender que para aprender hay que permanecer sentado en una silla mientras escucha hablar al profesor, concentrado. Además, los niños aprenden a escribir copiando las letras que ven en la pizarra, sin haber sostenido nunca un lápiz, ni tener las muñecas y los dedos musculosos (motricidad fina). A los niños se les califica constantemente, se les pone en competencia entre sí y, por lo tanto, se los coloca en casillas: buen alumno / mal alumno …
¿Cómo puede el niño encontrar su lugar en el mundo y tener confianza en sí mismo con este sistema?
La pedagogía Montessori es una pedagogía que respeta al niño y lo considera como un todo. En las escuelas Montessori, el educador sirve como guía para el niño. Él es ante todo un maestro y respeta el ritmo de cada niño. El entorno preparado le permite al niño trabajar para sí mismo y con los demás, ¡pero primero para él! En una escuela Montessori existe material educativo que el niño puede utilizar cuando lo desee, y que le permitirá aprender a concentrarse, pasando de lo concreto a lo abstracto. Todo se hace en las escuelas Montessori para que el niño pueda, gracias al material, pasar de lo concreto a lo abstracto.
Un ejemplo entre muchos: las etapas de aprender a escribir
Para que el niño escriba correctamente, es importante que pueda fortalecer la muñeca y los dedos, por lo que desarrollar habilidades motoras finas gracias a la «vida práctica»: El área de la vida práctica es un área en el ambiente Montessori que se compone de actividades que le permitirán al niño desarrollar la motricidad fina y la concentración. Paralelamente a las actividades de la vida En la práctica, el niño tendrá acceso a tablillas llamadas “letras rugosas”, donde podrá entrenarse a tocar la letra, a sentirla, mucho antes de transcribirla en papel. Por esto pasará muchas etapas : trazar la letra en la arena, aprender a sostener un lápiz y trazar la letra en una pizarra, trazar la letra en hojas blancas, luego escribir la letra entre las líneas de un cuaderno. Son todos estos pasos los que ayudará al niño a escribir correctamente.
Competencia y etiquetas
En las escuelas Montessori, no hay un sistema de puntuación. Los niños evolucionan a su propio ritmo y, por lo tanto, no compiten entre sí y no están estigmatizados. Un niño puede tardar más que otro en aprender a contar, sin que el educador y los demás niños lo juzguen, porque el respeto es uno de los principales valores que se inculca en los niños en la pedagogía Montessori. El fracaso no es un fracaso, es un camino.
Antes incluso de hablar de una escuela Montessori, ¡pensemos en Montessori! Llevemos estos valores e inculquémoslos al niño. Considéralo como un ser completo, confía en él y dale las claves del mundo que le permitirán tener sus propias experiencias, equivocarse y aprender. Vamos a darle las herramientas para que pueda desarrollarse psíquica, física, intelectual y espiritualmente para que pueda ganar confianza en sí mismo, desarrollarse a su propio ritmo y encontrar su lugar en el mundo.
Sí, la pedagogía Montessori es ante todo un estado mental.