BlogEl trabajo más grande es la autorregulación de los adultos.

El trabajo más grande es la autorregulación de los adultos.

Siempre estamos hablando de la rabieta del niño de 2 o 3 años. Estamos buscando consejos y recursos que nos ayuden a lidiar con la situación de la mejor manera posible. Creemos que el problema es del niño que no puede entender el mensaje que queremos transmitir. Creemos que el niño es manipulador y está en un tira y afloja constante con los padres para conseguir lo que quiere. De hecho, es solo una creencia que traemos de la educación que tuvimos.

En realidad, una rabieta es el proceso natural del niño para desahogar su insatisfacción, frustración o enojo. Al no saber expresar adecuadamente sus emociones, se desborda. De ahí el llanto agudo, las patadas, los gritos… En esta situación, cualquier adulto siente que le hierve la sangre y tiende a perder el control también. El sentimiento de impotencia de no poder sacar al niño de ese estado de “desesperación”, acaba por llevar a la madre o al padre hasta el punto de perder el control.

Llegamos al punto. Durante una rabieta, el trabajo más importante es la autorregulación de los adultos. Cuando el adulto pierde el equilibrio, grita o golpea al niño, no lo hace porque esa es la mejor herramienta educativa. De hecho, muchos padres reportan cómo se sienten culpables después de golpear a su hijo, porque esa no era su intención. Por tanto, lo hacen porque no saben gestionar sus propias emociones ante el comportamiento del niño. No conocen técnicas respetuosas para aprender a conocerse a sí mismos con el fin de atender las necesidades del menor en ese momento. De esta forma, no soluciona el problema, al contrario, lo empeora.

Nuestra principal misión como padres debe ser educarnos emocionalmente para poder educar mejor a nuestros hijos. De nada sirve saberse de memoria las diversas herramientas de la Disciplina Positiva si el adulto no puede autorregularse para poder aplicarlas adecuadamente.

Invertimos nuestro tiempo y esfuerzo en inteligencia emocional y crianza respetuosa. Nuestra salud y la de nuestros hijos te lo agradecerán. A nosotros nos ha funcionado mucho la práctica constante del mindfulness. Igualmente recomendables son el Yoga y la meditación.

Educación Emocional

En el apartado de Educación Emocional aprendemos a ayudar a nuestros hijos a reconocer e identificar correctamente las emociones. A partir del desarrollo de la inteligencia emocional, se prepara al niño para vivir diversas situaciones de forma equilibrada. Saber más:

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